Etiquetas

martes, 28 de noviembre de 2017

TRASPLANTE DE MÉDULA ÓSEA


Un trasplante es un procedimiento para reemplazar la médula ósea dañada o destruida por células madre de médula ósea sana.

La médula ósea es el tejido graso y blando que se encuentra dentro de los huesos. La médula ósea produce glóbulos rojos y las células madre son células inmaduras en la médula ósea que dan origen a todas las células sanguíneas diferentes. 
El trasplante es un tratamiento médico en el que no hay cirugía. Es necesario administrar una dosis de quimioterapia mucho más alta de la que cualquier ser humano puede tolerar, por ello, las células progenitoras solo se obtienen de médula ósea en casos muy especiales.


Resultado de imagen de trasplante de medula



Posibles tratamientos con células madre

El único tratamiento aprobado hasta el momento con empleo de células madre, en cualquier parte del mundo, es el del trasplante alogénico de Células Progenitoras Hematopoyéticas (CPH) de un donante a un paciente, ya sean las mismas tomadas de la médula ósea, de la sangre periférica o de la sangre del cordón umbilical. Estos trasplantes son un recurso terapéutico aceptado, utilizado y con buenos resultados.

Por otra parte no existe ninguna evidencia clínica que indique su eficacia terapéutica en otras enfermedades como Parkinson, Alzheimer, diabetes, etcétera. Todo uso de células madre que no sea el trasplante de médula ósea, es experimental.

  • Tipos de trasplante según el donante: 
    • Trasplante singénico. Es el realizado entre hermanos gemelos univitelinos. No hay posibilidad de rechazo ya que estos hermanos son genéticamente idénticos. es un tipo de trasplante poco común ya que es poco frecuente que el paciente tenga un hermano gemelo univitelino.
    • Trasplante alogénico. Es el que se da entre dos individuos con diferencias genéticas pero con el mayor parecido posible. Es decir, hermanos, otros familiares, donantes haploidénticos, donantes no emparentados obtenidos de los registros nacionales de médula.
    • Autotrasplante: Consiste en la extracción de células progenitoras del propio paciente antes de la administración del tratamiento. Tras el tratamiento serán reinfundidas dichas células.
Resultado de imagen de trasplante de medula

INDICACIONES PARA EL TRASPLANTE CON CÉLULAS MADRE

El trasplante de CPH es un tratamiento establecido en una serie de enfermedades hematológicas en las que se utiliza de forma habitual, ya sea como tratamiento convencional o alternativo. 

Existen una serie de enfermedades para las cuales su aplicación es necesaria, dichas enfermedades son las siguientes: 


Neoplasias
Otras enfermedades
LLA (Leucemia linfoide aguda)
Enfermedades autoinmunes
LMC (Leucemia mieloide crónica)
Anemia aplásica
SMD (Síndromes mielodisplásicos)
Hemoglobinuria Paroxística Nocturna
SMP (Síndromes mieloproliferativos)
Anemia de Fanconi
Linfoma
Anemia de Blackfan.Diamond
Tumores sólidos
Talasemia
LLC (Leucemia linfática crónica)
Inmunodeficiencias
LMMJ (Leucemia mielomonocítica juvenil)
Síndrome de Wiskott-Alddrich
Mieloma
Errores congénitos del metabolismo


BIBLIOGRAFÍA
  1. Medline Plus [Internet] Todd Gersten, MD, Hematology/Oncology, Florida Cancer Specialists & Research Institute, Wellington, FL. [Actualizado: 03/10/17; citado:07/11/17]Disponible en: https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/003009.htm
  2. Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante. [Internet]. Información sobre tratamientos con células madre. Ministerio de Salud; República Argentina. [Citado: 12/11/17] Disponible en: http://www.incucai.gov.ar/files/docs-incucai/Celulas-madre/05-doc_celulas_madre.pdf


¿QÚE ES UN DRENAJE QUIRÚRGICO Y QUÉ TIPOS EXISTEN?


Resultado de imagen de DRENAJES quirurgicos
Un drenaje quirúrgico es un método o procedimiento operatorio artificial que se lleva a cabo para evitar que se cierre una herida con foco infeccioso, o favorecer la expulsión de materia líquida, semilíquida o gaseosa de una cavidad corporal o tejido al exterior (dificultando su posterior acúmulo), las cuales retardarían o impedirían la normal cicatrización, y que conllevarían a un empeoramiento de la persona por ser nocivas. De esta manera, lo que se intenta evitar son los riesgos de infecciones, fenómenos compresivos o estasis local.

Su acción más simple es aquella donde se deja que el tejido o la cavidad drene directamente hacia el exterior, o hacia el interior mediante comunicación libre directa hasta que termina el flujo de material drenado.
En otros casos es necesario utilizar un drenaje artificial, donde el líquido fluye por el material introducido en el lecho quirúrgico.
Los drenajes pueden tener dos funciones principales: profiláctica y terapéutica.
Drenaje profiláctico: Sirve principalmente para la prevención contra los posibles acúmulos de diversas toxinas y secreciones de todo tipo que pueden darse tras una operación.
Drenaje terapéutico: Tiene el mismo fin que el drenaje profiláctico, pero se usa momentos antes de la intervención.
Existen varios tipos de drenajes:
  • Drenaje abierto; también llamado simple, pasivo o sin aspiración. Normalmente se usa para drenar pequeñas cantidades de materia, que estén muy localizadas. Presenta algunos inconvenientes, como favorecer la infección de fuera a dentro; por otro lado, ya que no se trata de un procedimiento medible, no se puede saber cuál es la cantidad de fluido drenado. Dentro de este tipo de drenaje, existen a su vez, varios subtipos: 
    • Drenaje de Penrose: Se usa un tubo de látex (disponible en varios diámetros), que va junto a un apósito donde se vierten los líquidos drenados. Funciona mediante el principio de la capilaridad, éste se aloja en la zona de mayor declive, y a partir de aquí, los líquidos atraviesan de forma pasiva la superficie. Este método no perjudica a los tejidos cercanos y provoca poca irritación tisular. Se usa para evacuar sangre o pus, pero su mayor utilidad es en el drenaje de abscesos de partes blandas.
    • Drenaje en láminas: se introducen las láminas de látex, y el líquido asciende por gravedad hasta quedar recogido en gasas o compresas.
    • Drenaje capilar: Mediante tiras de gasas cubiertas con una compresa, donde se ejerce la fuerza de la capilaridad, y el líquido drenado se absorbe. Con esta técnica se intenta evitar la infección de “fuera a dentro”. En este caso, se debe evitar cubrir la cavidad totalmente con gasas ya que se podría obstruir. Como la gasa se empapa rápidamente, hay que cambiarlas continuamente.
    • Tubos de drenaje: Son tubos de silicona, caucho o polietileno de entre 3 y 15 mm de diámetro. Estos se conectan a un sistema de aspiración, y el líquido se mueve por fuerza de la gravedad. Dentro de éste, encontramos el conocido como el drenaje de Kehr.
    • El drenaje de Kehr es un drenaje pasivo que actúa para descompresión del colédoco tras la cirugía de vías biliares cuando existe posible retracción posoperatoria del orificio seccionado en el colédoco. Consiste en un tubo blando en forma de T de distintos calibres según las necesidades. Los extremos más cortos canalizan las vías biliares, y el más largo sale afuera atravesando la pared abdominal.
  • Drenajes cerrados, activos, de succión, con aspiración de baja presión o bajo vacío. Suelen ser drenajes rígidos de silicona o polvinilo conectados a un sistema de succión activo. En el exterior se encuentra el sistema de vacío a presión negativa que al conectarse, se da una succión continua a baja presión, por donde fluye el líquido, y lo que permite también la cuantificación y el estudio del drenado. 
    • Drenaje tipo Redón: Se utiliza un tubo rígido multiperforado conectado al sistema de vacío. 
    • Drenaje tipo Jackson-Pratt: Un catéter de silicona flexible, blanco y multiperforado. 
  • Drenajes aspirativos, dependen del lugar de actuación
    • Drenaje abdominal; consta de varios tubos de grueso calibre y varias luces para poder irrigar y aspirar durante el procedimiento. Se componen de un tubo exterior multiperforado en su extremo distal, una zona intermedia y otro tubo interior que facilita la aspiración junto a la toma de aire.
    • Drenaje torácico; consiste en un tubo de plástico rígido pero flexible, multiperforado y de diámetro variable. Dichos tubos se conectan a un sistema recolector formado por tres cámaras conectadas entre sí mediante válvulas unidireccionales del paciente al sistema de succión. Este sistema permite la salida del aire y líquido del tórax evitando su reingreso.
  • Drenajes percutánteos, se basan en la localización radiológica de la zona a drenar. A continuación, tras la anestesia local, se punciona con una aguja fina la pared y se desliza una guía metálica hasta localizar la zona a drenar. Posteriormente se introduce el catéter a través de la guía que posteriormente se retira. Por último, se extraen el material de drenaje junto con la localización radiológica.

Resultado de imagen de DRENAJES quirurgicos

BIBLIOGRAFÍA
  1. Manuel Durán, Emilia Cancer, Enrique Moro, Julia Álvarez. Material quirúrgico auxiliar. Jaime Arias Pérez. Propedéutica quirúrgica. Preoperatorio, operatorio, postoperatorio. Madrid: Tébar; 2004. P. 163-194.]
  2. [J. Díaz Aguado. Drenajes quirúrgicos. Manual básico de enfermería: técnica y quirúrgica. Madrid: Díaz de Santos; 1998. Capítulo 13; Pág. 69-76]

HIGIENE BUCODENTAL INFANTIL

Una buena higiene bucal debería empezar a una edad más temprana de lo que habitualmente se suele pensar. Y es que la limpieza bucal infantil, junto a la adquisición del hábito de su mantenimiento, comportará que el adulto pueda conservar sus dientes para toda la vida. Por eso, es importante que esta práctica se inicie en el recién nacido, sin esperar a que aparezcan las primeras piezas dentarias, mediante una gasa de algodón humedecida en agua potable.

Esto se realiza por varias razones; una de ellas, obviamente, es para mantener la boca del bebé limpia de restos, y otra, es la de ir acostumbrándole a este hábito. En este sentido, generalmente por desconocimiento, muchos padres no inician la higiene bucal de sus hijos hasta cerca de los dos años (edad en la que ya se pueden empezar a usar los cepillos dentales). Y muchas veces puede que a esa edad hayan aparecido las primeras caries.

Para que esta rutina se convierta en imprescindible en el día a día de cualquier bebé o niño, conviene realizarla de la forma más amena posible:

  • Llevar a cabo la higiene en un momento en el que el niño esté relajado y de buen humor, y no esperar al momento previo de ir a la cama que es cuando está más cansado o dormido.
  • Negociar y dar opciones. Se puede preseleccionar los cepillos que consideremos adecuados para el niño y dejarle a él escoger cuál o cuáles quiere usar. Si el cepillo tiene su color o su personaje favorito, le entusiasmará más cepillarse los dientes.
  • Proponer una actividad agradable para el niño, no a modo de chantaje ni recompensa, sino como un incentivo para hacer después del cepillado.
  • Evitar amenazas, castigos y argumentos negativos. Siempre es más recomendable mostrar el lado positivo del cepillado: Nos cepillamos para cuidarnos, igual como hacemos con el cabello...
  • Reservar un juguete para la hora del cepillado. Se puede usar una marioneta, un muñeco o algún objeto interesante con el que el niño sólo pueda jugar durante cepillado los dientes.

¿Qué son las caries?

Son perforaciones en los dientes. Son un trastorno muy común que suele aparecer en los niños y en los adultos jóvenes principalmente pero que puede afectar a cualquier persona con una higiene bucodental deficiente. Es la causa más frecuente de pérdida de los dientes en las personas jóvenes.

Las bacterias que normalmente se encuentran en la boca convierten los alimentos en ácidos, y estos ácidos junto con la saliva y restos de comida se mezclan formando una sustancia llamada placa, que se pega a los dientes. Si esta placa no se elimina de los dientes, se convierte en sarro, que puede ocasionar gingivitis y/o periodontitis.

La placa además daña el esmalte que recubre los dientes y crea pequeños orificios en los dientes que es a lo que llamamos caries. Las caries no suelen doler a menos que estén muy avanzadas y afecten a los nervios o que causen la fractura del diente.

La caries en los niños ocasiona una serie de secuelas a corto plazo, como maloclusiones, y a largo plazo, como infecciones, problemas estéticos, dificultades para la alimentación, además de las repercusiones médicas, emocionales y financieras. Según un informe de la OMS del año 2004, la caries dental afecta entre el 60% y el 90 % de la población escolar.

Los niños con caries precoz en la infancia tienen mayor riesgo de presentar nuevas caries en la dentición permanente, por ello es muy importante establecer los hábitos de una buena higiene bucal, y así asentar una base de descenso de caries interproximales en los adolescentes.

Además, la mayoría de las enfermedades orales como las caries tienen una relación directa con la ingesta de azúcares, una higiene deficiente, alcohol y tabaco o estrés. Por tanto, es necesario evitar en la medida de lo posible dichos hábitos.

LIMPIEZA BUCAL

Una correcta higiene bucal es el factor clave para prevenir la caries en la infancia y cualquier otra enfermedad oral. Y es responsabilidad de los padres al menos hasta que el niño tenga la habilidad motora adecuada para efectuar estos procedimientos, nunca antes de los 5 años. Es a partir de los 8 a 10 años de edad que el niño se considera autónomo para realizarlo por sí solo. Desde este momento y hasta la adolescencia se recomienda la supervisión de su higiene oral nocturna.

Es importante entender lo perjudicial que puede llegar a ser que los niños duerman sin eliminar los residuos alimenticios, ya que durante las horas de sueño se desarrolla y crece la microbiota bacteriana, hasta el punto de llegar a producir caries.

Las principales pautas a seguir son:

  • Cepillarse los dientes. Después de que salgan los primeros dientes, se debe comenzar con la limpieza bucodental dos veces al día. El cepillo debe ser adecuado a la edad del niño y tener un diseño específico con un mango recto y largo, una empuñadura gruesa, cerdas suaves con las puntas redondeadas y un cabezal de tamaño compatible con la boca del niño. Se recomienda limpiar las superficies dentales laterales (linguales y vestibulares) con movimientos circulares y las superficies masticatorias con movimientos anteroposteriores.
  • Usar pasta dental y flúor. Se debe complementar el cepillado con una pasta dental fluorada, aunque no se recomienda en niños que no hayan aprendido a escupir (generalmente, menores de dos años de edad). El flúor ha demostrado ser una herramienta segura y eficaz en la reducción de la caries y en la reversión de desmineralizaciones del esmalte dentario, pero hay que supervisar su administración en los niños, pues los posibles efectos secundarios, como la irritación de los tejidos blandos, etc.
  • Utilizar hilo dental. El hilo dental es indispensable en una buena limpieza bucal para remover la placa bacteriana acumulada en los espacios interdentales, lo que evita el riesgo de la caries entre los dientes.





VÍDEO: https://www.youtube.com/watch?v=xIeygf1cWmM

BIBLIOGRAFÍA DE INTERÉS:

  1. DENTAID S.L. Higiene bucal infantil. Cuidado específico para bebés y niños[Internet]. España: Dentaid; Fecha de publicación: 02/05/2009 [revisado: 02/05/2009; consultado: 25/11/2017]. Disponible en: http://www.dentaid.es/es/higiene-bucal-infantil
  2. Blanca Longás Bravo. Estudio sobre las caries en una población infantil en la comunidad de Madrid Año 2009. Tesis Doctoral. Universidad de Sevilla. Facultad de Odontología. Sevilla; 2009. Disponible en: http://fondosdigitales.us.es/tesis/tesis/1665/estudio-sobre-la-caries-en-una-poblacion-infantil-en-la-comunidad-de-madrid-ano-2009/#description
  3. MedlinePlus. Caries dentales. [Internet]. EE.UU: MedlinePlus: Fecha de publicación: 02/22/2016 [revisado: 02/22/2016; consultado: 25/11/2017]. Disponible en: https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/001055.htm